Cultura de la innovación: ¿qué es y cómo implantarla?
La innovación está en auge, pero para aplicarla las empresas necesitan grandes cambios. Mucha gente menciona el término cultura de la innovación, pero ¿sabe lo que significa realmente?
Promover una cultura de la innovación en las empresas es un amplio reto. Implica desde cambiar los comportamientos hasta remodelar parcial o totalmente los modelos de negocio, los equipos y los valores organizativos.
Y definir correctamente por dónde empezar es uno de los pasos fundamentales para implantar una cultura de innovación coherente.
Si eso es lo que busca, siga leyendo este artículo y aprenda a implantar el viaje a la innovación en su empresa.
¿Qué es la cultura de la innovación?
Para zambullirnos de lleno en el tema, tenemos que definir qué es una cultura de la innovación. Y para ello, revivamos rápidamente el concepto que suele asociarse a la innovación.
Un cambio positivo significativo. La ejecución de ideas que generan valor empresarial. Un instrumento de generación de riqueza. Todas estas frases representan distintos puntos de vista sobre lo que es la innovación. Y todas son correctas.
Un error común es pensar que la innovación es sólo el acto de crear un montón de ideas, cuando en realidad, un proceso de innovación implica un movimiento continuo hacia una nueva forma de pensar sobre el negocio.
Por tanto, si la innovación no es un concepto cerrado y tiene en cuenta el avance de la tecnología y las necesidades de los consumidores, el concepto de cultura de la innovación tampoco tiene una medida correcta.
Sin embargo, podemos resumir la cultura de la innovación como el hábito sistemático de explorar y aplicar nuevas soluciones para resolver problemas y generar valor a través de ello.
¿Qué importancia tiene la innovación para el desarrollo empresarial?
Además de contribuir a la ventaja competitiva, el pensamiento innovador puede ayudar a su empresa a cambiar por completo su forma de desarrollar productos y servicios y hacerlos más sensibles a las necesidades de los clientes.
O puede inspirar mejoras de procesos que a menudo entorpecen el negocio en lugar de ayudarlo.
¿Ha probado alguna vez a mezclar personas de distintos sectores para resolver un reto en su empresa?
Uno de los principios básicos de la innovación es la colaboración. Profesionales con distintas especialidades pueden aportar ideas innovadoras y percepciones diversas pero complementarias.
Una buena forma de aprovechar el capital humano de su empresa es estimular los momentos de intercambio y utilizar la fuerza creativa de las personas como motor del negocio.
Además, es una forma de reconocer los talentos y comprometerlos en favor de la innovación.
Pensamientos que inhiben la innovación
En efecto, las actitudes de los dirigentes pueden contribuir a la creación de una cultura de la innovación.
Al fin y al cabo, la mentalidad innovadora de una organización empieza en la cúpula jerárquica y se distribuye a todos los demás profesionales de la empresa.
Hemos reunido algunos pensamientos que pueden inhibir la creación de una cultura de la innovación:
1 – «No tenemos capacidad para innovar»
Los líderes que subestiman la capacidad de innovación de su empresa suelen tener el siguiente pensamiento: «nuestra empresa es demasiado grande para perder el tiempo con ideas pequeñas».
O también imaginan: «nuestra empresa es demasiado pequeña para perder el tiempo reuniendo ideas y pensando en voz alta».
Sin embargo, la innovación no tiene nada que ver con el tamaño o el poder adquisitivo de la empresa. La innovación tiene que ver con la capacidad de estimular la creatividad y pensar en otras formas de hacer lo que ya se está haciendo.
2 – «Nos pagan por aportar resultados al negocio existente»
Los líderes que piensan así suelen estar totalmente centrados en los objetivos de productividad y ventas, sin darse cuenta de que podrían hacer mucho más en menos tiempo y, a través de la innovación, ganar más relevancia en el mercado.
Las empresas más innovadoras siempre están abiertas a replantearse sus modelos de negocio. Reconocen el dinamismo del mercado, por lo que siempre están estudiando cómo mejorar sus procesos, productos y servicios.
3 – «No se puede cambiar un equipo ganador».
Oxigenar la gestión no entra en los planes de los líderes que piensan así. Como los resultados están dentro de lo esperado, no les importa que la gente se esfuerce demasiado para conseguirlos.
Para estos líderes, tener una alta rotación de personal no es señal de que haya que cambiar algo. Y hacer algo diferente sólo pondrá en peligro lo que está funcionando bien. Así que no es posible innovar.
4 – «Innovar cuesta mucho dinero»
Este pensamiento es típico del liderazgo que no reconoce el capital intelectual que ya reúne la empresa.
Por lo general, desconocen la formación de sus subordinados y no comprenden que las ideas más disruptivas pueden proceder de profesionales que no son especialistas.
Estimular el intercambio de ideas y crear las condiciones para que los empleados contribuyan a la empresa no suele costar nada.
5 – «No necesitamos ayuda»
Además de los proveedores habituales, que prestan servicios tradicionales, los líderes con este pensamiento suelen despreciar la idea de contratar consultorías especializadas en innovación. Para ellos, se trata de una inversión innecesaria.
Del mismo modo, abrir las puertas de la empresa para relacionarse con universidades, entidades de clase, entre otras, es algo muy laborioso y también plantea «peligro».
Buenas prácticas que contribuyen a crear una cultura innovadora
Como hemos visto, la innovación no se produce por casualidad. Consiste en un conjunto de prácticas sistemáticas para lograr resultados. No obstante, es posible encontrar algunos ingredientes indispensables para la consolidación de una cultura de la innovación.
Dos características (que están interconectadas) son de vital importancia para que una cultura de la innovación se implante con éxito:
- Autonomía;
- Cultura de la experimentación.
Cuando hablamos aquí de la cultura de la experimentación, es importante subrayar que presupone una relación diferente con el error.
Experimentar es esencial para construir una sólida cultura de la innovación. Y los errores también forman parte de este proceso.
A continuación, vea 5 actitudes que, como líder, puede tener ante su equipo para crear y difundir una cultura innovadora en su empresa:
1. Escuchar
Los miembros de la comunidad interna y externa de una organización suelen tener ideas y percepciones tremendas que dan lugar a innovaciones.
Escuche lo que su equipo tiene que decir sobre procesos, actividades, productos y servicios.
Se sorprenderá con las ideas y aprenderá mucho de profesionales de diferentes orígenes y formas de pensar.
También es importante tener en cuenta que las ideas no siempre proceden de expertos. A veces, las mayores innovaciones proceden de novatos y profesionales que suelen estar entre bastidores.
Esté dispuesto a intercambiar ideas con personas que inicialmente tienen poco que ver con el tema.
2. Capacitar
La estructura de gestión plana no tiene los procesos de autorización y las líneas de comunicación inconexas que impiden la innovación.
Usted sabe lo que hay que hacer y fija los objetivos, así que deje libertad a los demás para que encuentren la mejor manera de conseguir los resultados. Considérese un facilitador, no un policía.
3. Fomentar la experimentación y aceptar el fracaso
Muchas de las innovaciones más importantes se han producido por accidente. Grandes avances como el descubrimiento de la penicilina o la energía de microondas son el resultado de accidentes científicos.
Por tanto, no reprimas tus fracasos. Se aprende cometiendo errores. Evite inhibir la audacia y el valor de las personas, porque entonces experimentarán, darán alas a su imaginación e innovarán.
4. Fomentar la colaboración externa
Ninguna organización tiene todas las cartas para el desarrollo de la innovación.
La colaboración con grupos complementarios ajenos a la empresa, como universidades, organismos gubernamentales y grupos de reflexión, suele aportar nuevas perspectivas e ideas al proceso de innovación.
¿Cómo implantar una cultura de la innovación en una empresa?
1. Ten la intencionalidad como guía
Iniciativas como los talleres, con un carácter más formativo, y los hackathones, cuyo objetivo final es generar un producto final o MVP, son esenciales para que los equipos se culturicen para generar valor.
No toda innovación es fruto de la intencionalidad. Pero contar con procesos estructurados para ello es, sin duda, un método más eficaz para perseguir lo nuevo.
Por ello, promover iniciativas cuyo objetivo final sea alcanzar un resultado inédito es más que bienvenido.
2. Crea un entorno propicio a la innovación
Si quieres resultados diferentes, tienes que hacer esfuerzos diferentes.
La mejor manera de conseguir que tu equipo opere con la innovación como base de sus decisiones es crear una nueva cultura corporativa.
Y si la creación de una cultura se basa en el cultivo de nuevos hábitos, es necesario crear un espacio para la innovación.
Hay algunos puntos en la creación de este «espacio para innovar» – y se refieren, básicamente, a la reducción de restricciones y a una mayor flexibilidad en los métodos utilizados en el día a día.
En un mundo cada vez más alejado, esta punta adquiere una nueva dimensión, por supuesto, más digital. Esto significa que esta flexibilidad no se limita al entorno físico.
Corresponde a los líderes y facilitadores establecer los medios que acerquen a los empleados y les animen a mantener los hábitos del régimen presencial.
3. Promover la autonomía
La construcción de una gestión horizontal es uno de los atributos de esa flexibilidad que ya hemos mencionado y que integra el proceso de innovación.
Deje libertad a las personas para que encuentren la mejor manera de obtener los resultados. Colóquese como facilitador en lugar de como ejecutor.
4. Fomentar la experimentación y aceptar el fracaso
Como ya hablamos mucho de este tema en el tema anterior, aquí va un consejo sencillo y rápido, sólo para reforzar el concepto: no reprimas los fracasos.
Es cometiendo errores como se aprende. Evite inhibir la audacia y el coraje de las personas, para que experimenten, den alas a la imaginación y a la innovación.
5. Dedicar tiempo a la innovación
Es difícil generar nuevos pensamientos e ideas cuando su equipo está agobiado por las exigencias.
Por eso, asegurarse de que sus empleados tienen tiempo para respirar y dedicarse a temas que les interesan es un paso fundamental para implantar una cultura de la innovación eficaz.
Ah, y no confunda esto con improductividad, por favor. Este tipo de «ocio creativo» se considera uno de los principales generadores de ideas (del mismo modo que los momentos de crisis se consideran una especie de catalizador de la innovación).
Pide ayuda a los expertos
Una cultura de la innovación empieza con una actitud organizativa de aceptación de que el mundo ha cambiado de verdad.
Implantar una cultura de la innovación puede parecer un reto inalcanzable, pero las asociaciones y consultorías pueden hacerlo posible.
Hace poco publicamos un post en inglés sobre por qué debería invertir en una consultoría de innovación.
En él podrás comprobar:
- qué hace una consultoría de innovación.
- cuáles son los servicios que la componen.
- en qué frentes trabajamos.
- qué resultados se pueden conseguir.
Ya sea para productos o servicios (físicos y digitales), MJV tiene la solución adecuada para impulsar la innovación en su empresa.
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