Cómo transformar su cultura organizacional con Design Thinking
La fuerza innovadora es uno de los elementos más importantes del éxito en los negocios.
Empresas de todos los tamaños, que operan en los más diversos segmentos, se esfuerzan por promover la creatividad, motivo por el que innovan conscientemente.
Lo que todos los líderes de innovación reconocidos tienen en común es que, en un momento dado, han transformado su cultura.
¿Cómo se transforma algo tan integrado como la cultura empresarial?
Algunos métodos pueden ayudar en este proceso, métodos que se han diseñado solo para ese fin. Ese es el caso del Design Thinking (DT), un enfoque estructurado de la innovación. El DT se enfoca en el usuario y busca generar soluciones que alineen los deseos y necesidades del consumidor con la generación de valor.
Trataremos sobre este tema a lo largo del presente artículo. ¡Continúe leyendo para entender cómo podría implementar una cultura de innovación en su empresa con el Design Thinking!
¿Qué es la cultura organizacional?
Demos un paso atrás para entender qué significa la cultura organizacional.
El psicólogo organizacional y profesor de Sloan School of Management del MIT, Edgar H. Schein, creó un modelo cultural que distingue tres niveles en una cultura organizacional:
- En la superficie se puede experimentar a través de artefactos en forma de símbolos y rituales.
- Luego tenemos los valores colectivos que controlan el comportamiento.
- Y el nivel más bajo está conformado por suposiciones inconscientes sobre las normas sociales básicas.
Schein señala que estos niveles forman la “visión del mundo” de la organización. Todos son parte del “ordenamiento” problemático del sistema social organizacional e interactúan y se controlan entre sí, evitando el control total.
En este contexto, los valores colectivos y las premisas básicas solo pueden ser influidos de una manera muy lenta e indirecta. Eso se da así porque solo se pueden diseñar los artefactos visibles de la cultura organizacional. Sin embargo, algunas peculiaridades son difíciles de “materializar”.
De esta forma, la empresa que quiera introducir el Design Thinking para apoyar su transformación trabajará con artefactos para formar una cultura de innovación. Sería contraproducente introducir el Design Thinking en su empresa si de antemano su cultura todavía no se ha alineado primero con la mentalidad de la innovación.
Es necesario considerar –y de esto hablaremos más adelante– que el Design Thinking no es solo un proceso creativo, ya que, sobre todo, es una mentalidad basada en varios principios, como el de situar al usuario en el centro de la estrategia.
Además, para desarrollar una innovación real, se necesitan habilidades de creación de prototipos, análisis de problemas y trabajo iterativo.
El Design Thinking aplicado a la transformación cultural
Nada funciona mejor para la innovación que alinear radicalmente sus productos y servicios con las necesidades de los clientes. Un producto solo tendrá éxito si mejora la vida de sus usuarios.
A primera vista, el camino del Design Thinking puede parecer poco convencional, pero es un proceso estructurado que ofrece espacio para nuevas ideas, soluciones y estrategias.
El Design Thinking reúne una amplia gama de disciplinas especializadas como pensar, actuar y sentir. Es uno de los pocos métodos que hacen justicia a la velocidad, complejidad e incertidumbre de nuestro escenario cotidiano de negocios.
- El Design Thinking es una solución de problemas y una estrategia de desarrollo de ideas centrada en el ser humano.
Algunos de los principios más importantes del Design Thinking son:
- Uso del pensamiento analítico, intuitivo y empático.
- Los problemas se examinan con mucha precisión.
- Colaboración interdisciplinaria.
- Fallar rápido.
- Rápida creación de prototipos.
- Los pensamientos se visualizan para promover un entendimiento común.
- No hay buenas o malas ideas, solo puntos de partida para la innovación.
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Aculturando el Design Thinking para una transformación sustancial de la cultura organizacional
Si desea desbloquear todo el potencial del design Thinking, es importante tener en cuenta que la transformación no debe verse como algo que solo ocurre durante un proyecto. Se podría realizar así, pero no valdría la pena.
- El Design Thinking se convierte en un verdadero catalizador si se implementa de arriba hacia abajo y se entiende conscientemente como parte de la cultura corporativa.
¡Descubra algunos consejos para aculturar a su equipo en el Design Thinking!
Olvídese de la mentalidad tradicional.
El Design Thinking promueve una cultura de innovación que no se puede conciliar con un pensamiento jerárquico estricto.
Esto se debe a que el miedo no conduce a motivar a los empleados ni a generar nuevas ideas, sino a un aislamiento y a pensamientos en silos. Y eso significa la muerte de la creatividad y la innovación.
Tenga en cuenta que, además de los aspectos creativos, el Design Thinking enfatiza, sobre todo, el enfoque iterativo. En lugar de presentaciones brillantes, es mejor usar prototipos concretos expuestos a la realidad de las críticas de los clientes.
Los errores en el planteamiento o la ejecución técnica de los prototipos se entienden explícitamente como oportunidades en el proceso de aprendizaje y también como un potencial de innovación.
Promueva la empatía
La empatía permite comprender de la mejor manera posible las necesidades reales de los clientes. En los tiempos actuales marcados por la competencia y la búsqueda de soluciones rápidas, las empresas necesitan explorar nuevos enfoques para resolver los problemas de una manera diferente. Tomarse su tiempo para escuchar realmente a sus usuarios puede ser la clave para obtener información innovadora.
Fomente la divergencia saludable.
Anime a su equipo a actuar de manera diferente, a pensar con empatía y la mente abierta. Siempre permita conscientemente diversas soluciones y piense en todas las direcciones posibles.
Desvele el Design Thinking.
El Design Thinking requiere una redefinición completa de la cultura laboral, a través de la cual los empleados se definen a sí mismos, encontrando alegría y diversión en lo nuevo y en su apertura al cambio. Debe promoverse activamente la educación para el pensamiento independiente. Esto convierte al Design Thinking en un “problema” para la alta dirección.
Al igual que en los deportes o la meditación, un seminario de dos o tres días puede terminar siendo un nuevo pasatiempo o una práctica para toda la vida.
Para tener una innovación real y un éxito a largo plazo en el mercado, estos enfoques deben estar anclados intuitivamente en el pensamiento y el desempeño de todas las personas involucradas.
Busca ayuda de expertos.
Configure un proyecto de Design Thinking para discutir la forma en que se hacen las cosas en su empresa hoy. Si es necesario, busque ayuda de una consultora especializada.
El enfoque profesional que aporta una buena empresa consultora puede facilitar la comprensión del Design Thinking; también evita malentendidos e incluso la resistencia al cambio, la mirada externa no se percibe como una amenaza. Las personas pueden relajarse y apoyarse en la metodología.
→ Vea cómo es posible hacer esto en la práctica; conozca un caso de éxito: Intraemprendimiento: ¡empleados comprometidos con el proceso de innovación!
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